Este pasado mes de junio, en la sección de Etnografía de Cantabria de la Cadena Ser, la antropóloga e historiadora Araceli González Vázquez hizo un repaso a la historia de la fabricación industrial de la cerveza en Cantabria quien asegura que quizá tenga sus mejores páginas hoy en día. En este artículo reproducimos las investigaciones de la historiadora en un viaje que comienza en Barreda a finales del S.XVIII.
La documentación a la que la historiadora ha tenido acceso data en 1783 en el pueblo de Barreda el lugar donde se fundó la primera fábrica de cerveza de Cantabria. La cuna de la cerveza pre industrial cántabra no está, pues, en la bahía de Santander sino en la cuenca del Besaya, en el entorno rural de Torrelavega. Tiene sentido que esas primeras fábricas se instalan en antiguos molinos de río ya que, para elaborar cerveza, se necesita moler el grano y contar con agua dulce de calidad. La primera persona que solicita un permiso real para instalar una fábrica de cerveza a orillas del río Besaya fue José de Zuloaga, natural de la Iglesia de Zeanuri en Vizcaya. Ese mismo año decide enviar a Inglaterra a una persona de su confianza para que aprenda los secretos del oficio cervecero.
Cantabria, gran fabricante de cerveza del S.XVIII
Aunque la cerveza entró en Madrid gracias a los Austrias, Cantabria fue el epicentro de la comercialización de cerveza nacional a finales del S.XVIII. El motivo principal fue el puerto de Santander, autorizado por Carlos III para comercializar libremente con América junto a otros 12 puertos, pero el único que implantó la fabricación de cerveza. Esto dotó a Cantabria de gran atractivo para que comerciantes vizcaínos implantaran industrias cerveceras en la región, no sólo para llevar la cerveza a América sino también a Madrid.
Quien sabía mucho de exportación, tecnología y estabilidad de producto eran las cerveceras inglesas. Por eso no es de extrañar que la principal escuela de esta etapa pre industrial española fuese la inglesa. José de Zuloaga no sólo quiere traer el aprendizaje y técnica de la elaboración al enviar a trabajadores a formarse en Inglaterra; también está interesado en las innovaciones tecnológicas que la escuela británica aportaron al resto de escuelas europeas como el control de temperaturas, malteado o uso de lúpulo. Es por ello Zuloaga pusiese al mando de la dirección de sus fábricas a dos maestros cerveceros ingleses apellidados Nerschcot y Hogley.
Tres grandes fábricas
José de Zuloaga inicia la industria cervecera en Barreda, aunque la fábrica más conocida fue la que instaló en Becedo junto a Domingo Redonet y Esteban y Guillermo Laurens, sus socios franceses.
En 1787 se fundó otra en Cañadío por Francisco Antonio del Campo y Alonso quien invirtió más de dos millones de reales. En reconocimiento a dicho esfuerzo inversor, en 1790 el Rey Carlos IV le dió el nombre de Real Fábrica de Cervezas de Cañadío. Como Zuloaga, del Campo también contrató a un maestro cervecero inglés, de Bristol concretamente, llamado Thomas Webb, cervecero que también había estado al servicio de Zuloaga lo que demuestra el tejido industrial cervecero que se asentaba en la región.
La tercera fábrica de cerveza perteneció a Clara de Lienzo, hija del ex alcalde de Santander, instalada en 1790 en la zona de Miranda. Su hijo, Tomás Martínez de Lienzo, la fue su maestro cervecero. Aunque la fábrica cambió de titularidad en varias ocasiones, es de reconocimiento ser la primera fábrica de cerveza fundada por una mujer.
Bristol, gran proveedor de la industria
Por los registros de mercancías que llegan al puerto de Santander sabemos que las botellas de vidrio, corchos y alambres de las fábricas de Zuloaga y del Campo venían de Bristol. Dicha ciudad fue la gran proveedora de insumos para la totalidad de la industria cervecera británica hasta que hubo fábricas como Guinness que empezaron a manufacturar sus propias botellas. En Cantabria pasó algo parecido. Hacia 1795 se fundaron varias fábricas de vidrio en Santander para abastecer a las cerveceras locales. Según los registros, se contaba hasta 400.000 botellas fabricadas al año.
En cuanto a la materia prima, el lúpulo procedía del extranjero aunque hacia 1831 ya había voces que proponían aumentar la producción de lúpulo local. La cebada venía de los campos de Castilla y de Francia y la malta se producía en Cantabria, a veces en la misma fábrica de cerveza; aunque también hay documentos que demuestran la importación de maltas de Bristol.


